¿Por qué el Yoga tiene un Rol que Jugar en la Política?
Por Joshua Green
En el sentido más profundo, ser un yogui significa contribuir a la revitalización de una humanidad espiritualmente deprimida. La palabra en sí misma significa reunión con lo divino, con la fuente del empoderamiento espiritual.
Actualmente las palabras por si solas como “Dios” o “lo Divino” son engañosas. George Harrison solía decir en broma que tan pronto alguien escuchaba la palabra Dios, automáticamente le provocaba una especie de urticaria. Es mejor recibido cuando se sustituye ese término por otro como: sabiduría superior, el Ringo interior, tu propio Obama personal, lo que sea que lo haga sentir cómodo. El punto es éste: el yoga se posiciona en el corazón de todos los aspectos de una vida iluminada, incluyendo a la política.
Podría parecer ingenuo hablar de aspectos espirituales en lo que respecta a algo tan problemático como las elecciones actuales, pero he pasado suficiente cantidad de tiempo en Washington y recuerdo bien a la gente que conocí del gobierno –astutos, la mayoría de ellos pero cautelosos acerca de pasarse de la raya. Los políticos están incómodos al hablar de cualquier cosa trascendental. Los votantes quieren ganancias, no profetas. Aun así, ninguna solución perdurable sobre las aflicciones del mundo puede ser alcanzada si nuestros líderes continúan ignorando qué significa ser un humano. Nosotros no somos el cuerpo ni la mente dice el Bhagavad Gita. Somos almas eternas y lo divino mora con nosotros dentro del corazón.
¿Por qué es tan importante actualmente?
Porque las soluciones ofrecidas por los candidatos a los asuntos problemáticos del mundo han fallado. No funcionan, y ellos harían bien al escuchar lo que el yoga tiene que decir acerca del buen acto de gobernar. Un gobierno que no reconoce la divinidad de la vida está destinado a errar. Sin reconocer la dignidad trascendental de todos los individuos, sin importar sus ofensas o sus condiciones pasadas, democracia y libertad no son más que palabras vacías. Ir atrás en la historia a la antigua Grecia nos muestra como cualquier gobierno que ignore el alma de sus ciudadanos, siembra la semilla de su propia decadencia.
El yoga es también importante justo ahora porque le habla directamente al carácter, el cual es suministrado en corto.
Considere la recesión, la cual debe su génesis a la mentalidad avariciosa que vimos operando en el año 2000. Los escándalos de Enron y Arthur Anderson dieron la pauta a una serie de leyes llamadas Sarbanes-Oxley, cuyo propósito, en teoría, era controlar el comportamiento de las corporaciones. En la práctica, sin embargo, las nuevas leyes no hicieron nada para disminuir los malintencionados hábitos de negocios. Como sabemos ahora acerca de los repetidos espectáculos del 2008, todo lo que hicieron las nuevas leyes fue crear criminales de cuello blanco más astutos para darle la vuelta a las regulaciones.
No se puede legislar un cambio de corazón. Las leyes no llevan a la iluminación. Pero el yoga si lo hace.
El Bhagavad Gita nos dice que el conocimiento de la Divinidad y el alma es raja vidya, el rey del conocimiento. Raja vidya también se traduce como “El Yoga de los presidentes”. El verdadero yoga puede guiar al liderazgo gubernamental alentando una visión de toda la vida como algo sagrado y a todas las entidades vivientes como divinas.
Así que el mensaje que enviamos a quien sea que vaya a ser nuestro presidente al final del año es éste: “Por favor sepa que no esperamos que usted sea el Avatar de la Era de Kali. Pero si esperamos que exhiba una actitud amigable hacia el yoga y que sepa escuchar tan bien como lo dijo en campaña. Los yoguis tenemos algo que decir y nos gustaría ser escuchados”.
El yoga tiene algo que decir acerca de la paz, que la paz empieza al reconocer al Ser en toda la vida, humana y animal. El yoga tiene algo que decir acerca del medio ambiente, que la Tierra en sí misma es sagrada y merecedora de respeto. El yoga tiene algo que decir acerca de la recesión, acerca de fomentar un modo de vida más sencillo, y un modo de pensar más elevado –muy eficiente y económico.
Realmente no hay límite a la contribución que podemos hacer aquí, si practicamos nuestro yoga fuera de nuestro tapete.
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